No sé quién
eres, ni tu sabes quién soy yo. Aun así, aquí estamos los dos.
Que existe
una causa nunca lo creeré. Que hay un motivo y que todo pasa por algo es una idea que nunca me convencerá. El destino
no existe y las coincidencias abundan.
Quizás solo tienes ganas de que alguien te quiera. O un espacio que hace falta ocupar con compañía.
¿Será que
te recuerdo a alguien? Un amor perdido, una compañía que ya no está. Tal vez a
alguien que nunca pudiste tener. ¿Te divierte mi presencia? En mi sorpresiva
aparición en tu vida puede que veas algo entretenido. O es solo curiosidad.
¿Lastima quizás? No querer destruir corazones que parecen inocentes ante tus
ojos. Existen tantos motivos como misterios.
Quizás era
yo quien tenía ganas de querer a alguien. Quizás extrañaba sentir mi corazón
latir de ese modo tan especial. Sentir esa disociación entre mente y emoción
que hace que el mundo parezca nuevo cada día. ¿Acto impulsivo tal vez? Como quien ante
algo hermoso pierde todo sentido de compostura y solo quiere ser dueño de
aquello deseado. Buscar nuevas emociones, romper mis propios paradigmas.
Quizás
somos un par de locos que no entienden el mundo donde viven. Objetos perdidos
que nadie reclama. Y cuando no sabes a que perteneces, todo parece un lugar
acogedor.
Cuando el
motivo pierde sentido, el modo lo es todo.
No me
importa el por qué de tu elección. Me aceptas a tu lado y es ahí donde quiero
estar.
No quiero
entender mi corazón. Lo sigo donde me lleva y disfruto la felicidad que
encuentra.
Que ya no
existe miedo ni dudas. Solo una vida tengo, un solo corazón que no perderé en
miedos inútiles ni temores sin sentido.
En este
momento solo quiero amarte como nunca nadie lo ha hecho ni podrá hacerlo.
Y si te
enamoras de mi…
Si te
enamoras de mi creeré que existe el destino.
No hay comentarios:
Publicar un comentario