jueves, 28 de enero de 2016

Capitulo Perdido

En el libro de tu vida han sido escrito capítulos que nunca leeré. Historias que no quiero conocer, con personajes que no  me importan.
Pero en la historia de tu vida quedan muchas páginas en blanco. Y en ellas escribiré el mejor capitulo que has leído.

Una historia de amor y aventura. Un relato de misterio e intriga. Párrafos sin sentido y estrofas de sentimientos que no conocías. Palabras sueltas, que solo tendrán sentido para ti y para mí.
Letra a letra escribiré aquello que solo yo puedo escribir. Con mi puño y letra dejare un fragmento de mi propia historia en el libro de tu vida.

No me importa cuántas hojas me dejes usar; es el placer de escribir nuestra historia lo que me mueve.
Y si un día decides que mi estilo no te gusta, que mi narrativa no es la apropiada o que no te gusta  hacia donde llevo el destino de sus protagonistas, eres libre de quitarme la pluma. Al fin y al cabo, eres dueña de la historia de tu vida.

Pero el capítulo permanecerá. No podrás arrancar sus hojas. Algún día lo leerás una vez más, y comprenderás mi estilo de escritura. Y nuestra capitulo tendrá un lugar especial en tu corazón.
Los capítulos anteriores no me interesan. Los que vengan después no me importan.
Pero nuestro capitulo será mi obra maestra.
Mis manos y mi corazón están listos para escribir.

Hagamos historia.

Cuando el motivo no importa

No sé quién eres, ni tu sabes quién soy yo. Aun así, aquí estamos los dos.
Que existe una causa nunca lo creeré. Que hay un motivo y que todo pasa por algo es  una idea que nunca me convencerá. El destino no existe y las coincidencias abundan.

Quizás solo tienes ganas de que alguien te quiera. O un espacio que hace falta ocupar con compañía.
¿Será que te recuerdo a alguien? Un amor perdido, una compañía que ya no está. Tal vez a alguien que nunca pudiste tener. ¿Te divierte mi presencia? En mi sorpresiva aparición en tu vida puede que veas algo entretenido. O es solo curiosidad. ¿Lastima quizás? No querer destruir corazones que parecen inocentes ante tus ojos. Existen tantos motivos como misterios.

Quizás era yo quien tenía ganas de querer a alguien. Quizás extrañaba sentir mi corazón latir de ese modo tan especial. Sentir esa disociación entre mente y emoción que hace que el mundo parezca nuevo cada día. ¿Acto impulsivo tal vez? Como quien ante algo hermoso pierde todo sentido de compostura y solo quiere ser dueño de aquello deseado. Buscar nuevas emociones, romper mis propios paradigmas.

Quizás somos un par de locos que no entienden el mundo donde viven. Objetos perdidos que nadie reclama. Y cuando no sabes a que perteneces, todo parece un lugar acogedor.
Cuando el motivo pierde sentido, el modo lo es todo.

No me importa el por qué de tu elección. Me aceptas a tu lado y es ahí donde quiero estar.
No quiero entender mi corazón. Lo sigo donde me lleva y disfruto la felicidad que encuentra.
Que ya no existe miedo ni dudas. Solo una vida tengo, un solo corazón que no perderé en miedos inútiles ni temores sin sentido.

En este momento solo quiero amarte como nunca nadie lo ha hecho ni podrá hacerlo.
Y si te enamoras de mi…


Si te enamoras de mi creeré que existe el destino.

Castillo de Cartas

A veces me he preguntado cómo sería conocerte. Saber quién eres, que cosas haces y que cosas te gustan. Conocer sobre ti, tu historia, tu vida.
Intento no hacerme ideas ni ilusiones. Pero mi mente tiene una imaginación que a veces se escapa de mi control. Quizás nunca la tengo en control.
He imaginado tardes contigo. He imaginado tus historias, que escucho mientras te miro a los ojos. He imaginado los escenarios que me llevan a ese futuro que no me atrevo a buscar.

Y en mi corazón esperanzado, cada uno de tus gestos esconde una intención que no existe.
Una mirada, una sonrisa, un saludo. Un encuentro casual, palabras sin segundas intenciones. ¿Tendremos sentimientos mutuos?
Y como cartas, cada uno de esos gestos se acumulan en la mesa. Y mi imaginación comienza a trabajar.

¿Y si te digo que me gustas? ¿Si me atrevo y me acerco a ti? Una confesión sin sentido. Una revelación de emociones en un intento de lograr tu atención. ¿Y si también tienes un interés en mí? Quizás esas miradas no son casuales. Quizás tus sonrisas ocultan algo. Puede que yo…
Una a una las cartas sobre la mesa se juntan. En mi mente construyo un castillo con ellas. Con murallas altas, torres y almenas. Un castillo con tu nombre.

Pero es una estructura frágil. Un gesto, una palabra, una imagen. Una mano temblorosa y el castillo se derrumba. Olvido por un momento que tu mundo y el mío son diferentes. Que nuestros caminos nunca se cruzan. Que otra persona escucha tus historias mientras te mira a los ojos.

La realidad cae pesada cobre los hombros de los soñadores. El castillo se derrumba en una pila de cartas sin sentido. Y mi vida vuelve a su rumbo. Aquel que nunca se junta al tuyo.

Cuando creo aceptarlo, vuelves a mirarme y sonreír. Una vez más te acercas sin motivo.
Y las cartas nuevamente se juntan sobre la mesa.


¿Cuántos castillos más armaré?